Dinding: cuando el arte y la costura construyen puentes entre continentes
Un proyecto nacido en Gambia que habla de dignidad, belleza y conexión
Dinding nació casi sin querer. Era un viaje, un voluntariado, unas ganas de dar y de aprender. Pero allí, entre hilos y telas, entre conversaciones lentas y tardes de calor, surgió otra cosa: una conexión real, profunda, artesanal.
En Gambia conocí a un grupo de mujeres con un talento inmenso, con una habilidad para coser que te dejaba sin palabras. Pero también con pocas oportunidades. Así empezó Dinding: como una manera de sumar esfuerzos, de transformar la creatividad en herramienta y la ropa en lenguaje común.
El nombre Dinding significa «niña pequeña» en mandinka. Y como una niña, el proyecto ha ido creciendo poco a poco, con cuidado, con cariño. Cada pieza que sale del taller es única: bolsos, pañuelos, vestidos… pero detrás de cada costura hay mucho más que una prenda bonita —hay historias, esperanza, empoderamiento.
Mi parte en este proyecto es pequeña pero sentida: coordino diseños, creo etiquetas, hago que cada producto tenga una historia. También ayudo a que lleguen aquí, a Cataluña, a ferias y mercados locales donde estas creaciones brillan y encuentran hogar.
Pero Dinding no es solo artesanía. Es una declaración. Una apuesta por la economía justa, por el consumo responsable, por romper la distancia entre el norte y el sur, entre lo que tenemos y lo que queremos construir.
Y si en algún momento compras una pieza de Dinding, no solo te estarás llevando un bolso o una camisa. Estarás formando parte de esta red, de este hilo invisible que nos une, de este arte que —como la costura— sirve para recomponer, unir y cuidar.
